29 de septiembre de 2008

FEDERACIÓN RUSA, CAMBIO VS CONTINUIDAD


Paola López

Introducción

El mundo de hoy, es un mundo interdependiente, que ha sido influenciado por la diversidad de conflictos tanto bélicos como ideológicos, que han definido el comportamiento de las relaciones internacionales, así como su conformación en donde aparecen los Estados como el principal actor del sistema internacional.

De esta forma en el presente ensayo se hará referencia al impactante rol que está jugando la Federación Rusa, cuyas raíces se desprenden de factores ideológicos históricos, y que hasta nuestros días han trascendido, generando incertidumbre y precaución de su política exterior, quienes en su proceso de adaptación han creado su propio sistema conforme a las pretensiones en el nuevo orden mundial.

Al finalizar la guerra fría se generaron muchas expectativas de una armonía mundial, empezando un proceso de modificación, lo que no implicaba un proceso pacífico. Federación Rusa, Cambio vs Continuidad, es un tema que merece de un breve recuento histórico, y análisis del comportamiento tanto de la URSS como de Moscú.

URSS y Federación Rusa

Antes de la Revolución Bolchevique de 1917, la Rusia zarista se había empeñado por muchos siglos en la expansión de sus territorios. El nuevo régimen soviético, después de un primer periodo de relativo aislacionismo, reasumió una política definida aunque fundamentalmente relacionada con la seguridad de sus áreas de fronteras. Durante la guerra fría, la política exterior de la Unión Soviética se fue haciendo cada vez más global en su campo de acción como líder del bloque comunista. Los aspectos relacionados con el poder fueron preocupación primordial de los soviéticos, a menudo mostrando un conflicto entre su retórica y sus obras reales, sacrificando con frecuencia su ideología por buscar intereses particulares.

La política exterior rusa desarrollada tanto antes como después del desmembramiento de la Unión Soviética desafía el simple encasillamiento. A través de los años Moscú ha exhibido diversas variedades en la forma de comportarse; en algunos casos como una “paloma” y en otros como un “halcón”. A veces los líderes rusos han actuado en lo que parecería ser la respuesta a instintos defensivos y en otras oportunidades parece que actuaran con impulsos oportunistas. Los rusos han continuado preocupándose fundamentalmente por el status de los Estados y de los grupos a lo largo de sus fronteras, lo que los líderes soviéticos en forma eufemista llaman “el exterior cercano”. En realidad muchos nacionalistas rusos no reconocen aún la pérdida de regiones tales como Ucrania, Kazajstán y Bielorrusia.[i]

Rusia en palabras de Samuel P. Huntington[ii], ha sido un país desgarrado durante varios siglos, siendo además el Estado central de una civilización importante, la ortodoxa, la cual está en juego en la definición de la política Rusa ante Occidente.

El cambio al que la Federación Rusa se estaba enfrentando en la post guerra fría, generó divisiones en la opinión pública de los rusos. Una encuesta hecha en 1992 con una muestra de 2.069 rusos europeos dio que el 40% de los encuestados estaban <>, el 36% <> y el 24% <>. En las elecciones parlamentarias de Diciembre de 1993, los partidos reformistas obtuvieron el 34,2% de los votos, los partidos antirreformistas y nacionalistas el 43,3%, y los partidos centristas el 13,7%. Así mismo, en las elecciones presidenciales de junio de 1996, la opinión pública rusa volvió a dividirse: el 43% apoyó al candidato de Occidente, Yeltsin, y el 52% del voto fue para los candidatos nacionalistas y comunistas. En la cuestión fundamental de su identidad, Rusia en los años noventa siguió siendo claramente un país desgarrado, en el que la dualidad occidental-eslavófila constituía “un rasgo inalienable del… carácter nacional”[iii].

Conforme a estas estadísticas obtenidas recién finalizada la Guerra Fría, se puede evidenciar, que la integración del mundo soviético al occidente no se determinó por el triunfo de éste último, ni será factor determinante, pues siempre existirán secuelas de la historia de la URSS, las cuales si bien no los llevaron a la victoria del conflicto ideológico contra el capitalismo, hacen parte de una identidad cultural que a nuestros días se encuentra presente, a pesar de un cierto predominio occidental, teniendo en cuenta los nuevos desafíos y amenazas del sistema internacional.

Desarrollo: Cambio vs Continuidad

A raíz de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, uno de los actores principales en el período de la post-segunda guerra mundial, y las diferentes transformaciones que ha tenido la actual Federación Rusa en su política exterior, se plantea el siguiente interrogante: ¿qué se puede esperar de Rusia?, ¿como principal estado sucesor de la URSS, se comportará de forma muy similar a su antecesor, o por el contrario sus objetivos y modus operandi se orientarán en un camino diferente al ya recorrido?

Este interrogante, se ha ido acentuando paulatinamente entre los diferentes actores del Sistema Internacional, principalmente los Estados Unidos como hegemón mundial, y otros países europeos y occidentales. Para dar respuesta éste, es menester presentar los diferentes aspectos que llegan a influir en el comportamiento de las relaciones de la Federación Rusa con el mundo.

Factor Económico:

Conforme al progreso que ha tenido la Federación Rusa, con la apertura de su economía al occidente, y por consiguiente la pérdida de influencia del partido comunista en el tejido social ruso, a medida que las antiguas generaciones han ido desapareciendo y conforme las condiciones económicas y sociales en el país han mejorado, se constituye en una de las principales ventajas del país.

El período 1999-2005 se caracterizó por el fuerte desarrollo de prácticamente todos los sectores y ramas de la economía. En los últimos siete años, el PIB creció alrededor del 54%, con un crecimiento medio superior al 6%, el consumo de los hogares un 58,4%, y las inversiones en capital fijo un 79% aproximadamente. La producción industrial ha mantenido un crecimiento medio algo superior al 7% durante el periodo y se ha obtenido una reducción sustancial de la tasa de inflación, un considerable aumento de las reservas de divisas y la recuperación de los ingresos reales de la población a niveles superiores a la crisis de agosto de 1998[iv].

La economía rusa ha crecido a un promedio del 7% durante la presidencia de Putin, y se ha acrecentado sustancialmente la capacidad de captación de impuestos lo que ha permitido aumentar el gasto público y obtener continuamente un superávit presupuestario, y hace parte de la BRIC.[v]

Los hidrocarburos constituyen un instrumento esencial de la proyección exterior de Rusia. En particular, la capacidad de producir gas licuado constituirá una de las piezas que pueden incrementar el papel de Rusia en el escenario internacional. Sin embargo, el elemento más novedoso puede tener lugar en el poderío militar de Rusia, que se verá acrecentado y proyectado hacia el exterior.

En relación a los cambios estructurales, no han sido los mejores, pues las políticas agrarias, de servicios o de competencia han tenido han experimentado una falsa actividad notable, y por añadidura la financiación en infraestructuras físicas, educación, sanidad ha sido escasa y poco eficaz. Sólo dos ámbitos se escapan a esta tendencia: la energía y la industria de defensa. Respecto al sector energético se han creado dos entidades “estatales”, Gazprom y Rosneft, que actúan como gestores de estas actividades económicas estratégicas para el país. Estas actuaciones, junto con las subidas sostenidas en los precios de los hidrocarburos, han aumentado los ingresos presupuestarios que han permitido financiar unos gastos públicos crecientes. [vi]

Otras debilidades básicas son, la elevada dependencia de las exportaciones de materias primas, la baja competitividad de los sectores industriales orientados al mercado interior, así como la ausencia de un sistema financiero eficiente.

Además de problemas de integración regional, inversiones en infraestructuras, mejoras en el ámbito de nuevas tecnologías, reforma en la administración del estado, que son fuente de conflictos internos.

De esta forma Rusia ha continuado proyectándose como un poder mundial, mientras lucha internamente con los problemas económicos propios de su reestructuración, con las reformas políticas y con las diferencias raciales.

Factor Político y Social

Durante años Rusia a buscado ser reconocido por los países de occidente como una potencia mundial, y tener atribuciones que le permitan intervenir en los asuntos globales, ha abogado por su integración en diferentes organizaciones multilaterales como la OTAN y el Grupo de los 8, como herramienta y medio de demostrar su poder energético y económico.

No obstante, la concepción de integración de la Federación Rusa, difiere substancialmente de las de Occidente, como las personificadas por la Unión Europea. Moscú no está dispuesto a entregar ninguna parte de la soberanía nacional a entidades supranacionales o a suscribirse a cualquier código político, legal y económico vinculante. Sin embargo, la integración en el contexto de Asia Pacífica es de más fácil aceptación, porque las estructuras multilaterales imponen mucho menos obligaciones onerosas a sus miembros, que en la Unión Europea y la OTAN. También se da un pequeño sentido a la identidad regional colectiva de Asia Pacífica, o propósitos comunes. A diferencia de Europa, en donde no hay un sistema más o menos uniforme a las normas y valores Asiáticas a los cuales, aquellos forasteros, como Rusia deba conformarse con el fin de ganar aceptación[vii].

A consecuencia de la concepción que Occidente a tenido de la Federación Rusa, viéndolo como un caso especial, por representar una ideología opuesta a la de la mayoría durante años, la política rusa se ha acercado cada vez más a la integración con China y en general con Asia Pacífica.

A finales del siglo XIX, se decía que el éxito de Rusia radicaba en su ejército y en su armada; hoy, su éxito radica en su petróleo y su gas. Los energéticos son un recurso fundamental que deberían explotarse mientras sus precios son elevados, pero también son una eficaz arma política, aunque deban manejarse con cuidado[viii].

Es de esta forma como se ha utilizado ésta arma política, para realizar alianzas con el Asia Pacífica, intensificando una interdependencia en la zona, así como fortaleciendo su poder en la carrera energética, y garantizando la seguridad tanto a nivel nacional como regional.

Se puede decir, que en términos de la apertura económica tanto de Rusia como de China y otros países soviéticos, se ha generado una fuerte lucha por el poder mundial, entre nuevas potencias basadas en una ideología occidental, pero a su vez con ciertos rasgos anti-occidentalistas en términos del rechazo al tradicional intervencionismo del hegemón, lo que ha fortalecido las alianzas de la región.

No obstante, la Federación Rusa ha empezado a construir su propio sistema de gobierno, preocupándose más por su imagen y de su posición en el concierto de las grandes potencias mundiales, quienes al tener la ventaja energética, y haber obtenido tan buenos resultados en la economía de los últimos años, sienten una gran seguridad, alejándose cada vez más de occidente sin que esto implique un radical anti-occidentalismo de la época comunista, puesto que ya no existen diferencias ideológicas, sino una competencia a nivel del capitalismo.

Un punto de similitud entre las políticas de la URSS y la Federación Rusa, es la necesidad de mantener un una influencia dominante en sus países vecinos, aún en la actualidad cuando ya son “estados independientes”, hecho que se evidencia en la creación de la CEI (Comunidad de Estados Independientes), la cual fue creada con la intensión de de mantener bajo su control a países miembros de la antigua Unión Soviética tras su independencia en 1991, como Georgia, Armenia, Azerbaiyan, Ucrania, Moldavia, Uzbequistán.

La pregunta de si la política exterior rusa podría ser diferente de la que era en la URSS, de acuerdo al análisis histórico y aspectos de la actualidad, nos dejan concluir, que es evidente el cambio que se ha dado en materia de la apertura económica y del interés de la federación respecto a la OTAN y el Grupo de los 8, a las medidas que se tenían en la época socialista, no obstante encontramos puntos de cierta continuidad, en la medida en que aún en la actualidad existe una gran preocupación por mantener un dominio geopolítico, a pesar de la independencia de los diferentes Estados, y de defender sus fronteras, lo cual refleja viejas conductas.

Conclusiones

La Federación Rusa no está dispuesta a dejarse influenciar por su rival en la historia, Estados Unidos, y en cambio se está preparando aún más, para ser por fin reconocida como una potencia mundial, para lo cual se alía con sus semejantes, es decir, con China y con toda una región que ya se está saliendo del control del predominante occidente, y está haciendo gala de sus atributos, los cuales como se mencionó en párrafos anteriores, si no se manejan con la suficiente prudencia e inteligencia, terminarían con la peor catástrofe de la humanidad, poniendo en juego el futuro no sólo de sus naciones, sino del mundo en su totalidad.

Es así como en cierta forma se estaría dando una continuidad, a los hechos de guerra y discordias entre los países más influyentes, en el caso ruso, se está viendo con cautela, siendo concientes que las anteriores disputas podrían renacer, ya no en el mismo contexto del Guerra Fría, pero si generando dificultades en las relaciones diplomáticas, que afectan directamente a la población, teniendo en cuenta que en el sistema internacional, la interdependencia entre los estados es cada vez mas fuerte, debido al fenómeno de la globalización, que ha permitido el desarrollo y evolución de gran parte de las naciones.

La Federación Rusa, como la mayoría de los Estados, mueve sus fichas en conveniencia con sus objetivos nacionales y ambiciones mundiales, es evidente que la competencia nunca terminará, partiendo del punto de vista filosófico, que el hombre está en una constante lucha de supervivencia, y las relaciones internacionales es un constante juego de ajedrez, en donde siempre habrá un ganador y un perdedor.

Considero que el enfoque que está tomando la política exterior rusa así como sus semejantes vecinos en la región asiática, va mucho más allá de una discordia ideológica, pues Occidente ha conseguido gran parte de sus pretenciones capitalistas en éste país, más no ha sido suficiente para que se sienta conforme con su posición mundial, y su condición de ser un Estado especial.

Como bien dicen, de los errores se aprende, y tanto la URSS, la Federación Rusa como Estados Unidos en representación de la cultura de Occidente, han cometido bastantes, que han ocasionado grandes pérdidas a la humanidad, es por ésta razón que la cooperación internacional se debe intensificar de una forma más coherente a la situación mundial y no sólo en torno a los intereses de unos pocos que tienen el poder.

En cierta forma Rusia ha sido vista en la historia, como el Estado rebelde y en contra a las ideologías de la mayoría, precisamente porque esa mayoría ha sido influenciada por la gran potencia mundial, potencia que no ha llegado impactar en la misma dimensión a la Federación, y en efecto se convierte en el revolucionario del sistema internacional junto con otros que comparten sus ideales.

Trayendo ésta posición a la actualidad se está generando una nueva polarización, en donde ya no son los mismos aliados de la bipolaridad del siglo XX, sino que está reconfigurando el orden mundial, integrando las economías que han tenido un crecimiento muy notable, después de ser las menos reconocidas.

Como se pudo observar en los datos económicos de la Federación Rusa, ésta ha tenido un cambio muy significativo, elemento que hoy la posiciona en muy buen lugar en comparación con la URSS, hecho que causa desconfianza en los Estados que no han estado de acuerdo, o no han permitido la integración plena de éste en el sistema internacional.

Ésta situación alienta a los rusos a seguir en la lucha por el dominio, en cierta forma motivada por el mismo Occidente, quien le mostró y enseño las herramientas a las cuales se debía adaptar para estar más acorde con la nueva era de la postguerra fría.

Ahora bien, lo que queda esperar es la astucia de Moscú, en la ejecución de sus alianzas, estrategias y modus operandi, en el contexto internacional, pues será esto lo que determine sus futuras actuaciones, para lo cual debe mantener el status quo en todos los aspectos, pues como es común en la mayoría, muchas veces el auge económico no se da en concordancia con la evolución cultural, política y/o social, lo que puede generar el fracaso del sistema, ya que no se está avanzando en la misma escala, ocasionando un desnivel de la balanza.

Bibliografia

PEARSON Frederic S., ROCHESTER J. Martin. Relaciones Internacionales Situación Global en el siglo XXI. Cuarta Edición. Ed. Mc Graw Hill.

HUNTINGTON Samuel P. El choque de Civilizaciones y la Reconfiguración del orden mundial. Ediciones Paidós Ibérica S.A., Barcelona, 1997.

Blog Seminario Asia y Africa. Facultad de Relaciones Internacionales, Estrategia y Seguridad. Universidad Militar Nueva Granada. Bogotá, Colombia.

CLSA. Asia-Pacific Markets. Asian geopolitics. Special report. The Integratios Agenda.

SÁNCHEZ ANTONIO Andrés, Claves de la Rusia de Medvedev. Real Instituto Elcano, Europa – ARI N°57-2008. Fecha: 05-06-2008.

Informe Económico y Comercial Rusia. Elaborado por la Oficina Económica y Comercial de España en Moscú. Actualizado a 30 de abril de 2006.



Notas


[i] PEARSON Frederic S., ROCHESTER J. Martin. Relaciones Internacionales Situación Global en el siglo XXI. Cuarta Edición. Ed. Mc Graw Hill. Capítulo 4 Descripción del comportamiento de la política exterior: ¿Qué hacen las naciones-Estado?. Rusia: perfil de su política exterior. Pág.139.

[ii] HUNTINGTON Samuel P. El choque de Civilizaciones y la Reconfiguración del orden mundial. Ediciones Paidós Ibérica S.A., Barcelona, 1997.

[iii] Ibid., pág 170.

[iv] Informe Económico y Comercial Rusia. Elaborado por la Oficina Económica y Comercial de España en Moscú. Actualizado a 30 de abril de 2006.

[v] En economía internacional, []se emplea la sigla BRIC para referirse conjuntamente a Brasil, Rusia, India y China, que tienen en común una enorme población (Rusia y Brasil por encima de los cien millones, China e India por encima de los mil millones), un enorme territorio, lo que les proporciona dimensiones estratégicas continentales y gran cantidad de recursos naturales, y lo que es más importante, que en los últimos años han presentado cifras de crecimiento de su PIB y de participación en el comercio mundial muy elevados, lo que les hace atractivos como destino de inversiones.

[vi] SÁNCHEZ ANTONIO Andrés, Claves de la Rusia de Medvedev. Real Instituto Elcano, Europa – ARI N°57-2008. Fecha: 05-06-2008.

[vii] CLSA. Asia-Pacific Markets. Asian geopolitics. Special report. The Integratios Agenda. Pág. 32.

[viii]
http://seminarioasiafrica.blogspot.com/2008_08_10_archive.html